Residencia estudiantes Villaviciosa de Odón
Las vacaciones son una época ideal para ponerse al día en el estudio, avanzar en el plano académico y repasar aquellas asignaturas que han quedado pendientes o que son necesarias revisar. Pero también es una época en la que es plenamente recomendable descansar la mente y relajarse, afrontando así con fuerza el siguiente curso o semestre.
Se puede llegar a un término medio de estudio compatibilizado con periodos de descanso y relax si se planifican bien las vacaciones. Lo aconsejable es marcarse un calendario vacacional que desglose, con rigurosidad, las horas de la semana con la actividad que vayamos a desempeñar.
En el orden y la constancia reside el éxito. Pero eso no quiere decir que no se pueda ser flexible; la flexibilidad es indispensable para disfrutar del periodo vacacional. Si un día surge algún plan irresistible, la fase de estudio puede posponerse a otro día o recuperar las horas a lo largo de la semana.
Es recomendable establecer objetivos y metas a corto y medio plazo. ¿Qué asignaturas y temarios queremos repasar y estudiar durante las vacaciones?, ¿cuántos capítulos es posible leer/estudiar en un día?, ¿cuáles serían los objetivos mínimos?, etc. Si vamos superando objetivos, es justo autoregalarse una pequeña recompensa. Por ejemplo, si en un día estudiamos tres temas de una asignatura y es buena cosecha, por la tarde-noche merecemos ir al cine o quedar con los amigos.
Los fines de semana han de ser de total desconexión del estudio. Es un momento únicamente para relajar cuerpo y, sobre todo, mente. Existen numerosas actividades para desconectar del mundo académico: practicar deporte en enclaves naturales, asistir a algún evento cultural como un concierto u obra de teatro, cocinar tranquilamente, hacer ejercicios de relajación como el yoga o el pilates, etc. También los momentos de evasión pueden planificarse para que las vacaciones sean productivas a todos los niveles.