Los exámenes sirven para evaluar los conocimientos del alumno durante el curso. Para afrontarlos con éxito solo tienes que seguir unas pautas muy sencillas. Recuerda que el estudio de una materia requiere planificación. Es mejor que dediques un tiempo a diario a tus asignaturas que vuelques todos tus esfuerzos en los últimos días. Lo importante es asimilar los conocimientos, y eso solo es posible con un poco de disciplina y perseverancia. Para ello nada mejor que fijar tu propio horario de estudio en función de la dificultad de la materia.
Cada persona tiene sus propios mecanismos de aprendizaje. Para asimilar los contenidos, no obstante, es aconsejable aplicar ciertas técnicas de estudio. El primer paso es realizar una lectura atenta y comprensiva del tema. Esto nos ayudará a subrayar las ideas principales y confeccionar un resumen. También es conveniente hacer esquemas o cuadros sinópticos, ya que nos servirán para repasar la materia antes del examen. Para trabajar la memoria nada mejor que aplicar las reglas mnemotécnicas. Estas nos permiten recordar una secuencia de datos, nombres o fechas, con una simple fórmula.
Para el día antes del examen es conveniente tener el tema estudiado y dedicarlo a repasar. El uso de estimulantes, como el café u otros parecidos, no ayuda a asimilar los conocimientos, ya que el cansancio no nos permitirá afrontar con la lucidez necesaria el ejercicio. Es mejor dormir, disfrutar de un sueño reparador. ¿Cómo evitar los nervios, lo que se conoce como “quedarse en blanco”? Lo primero que debes hacer es relajarte. Respira lenta y profundamente para rebajar la ansiedad. Después de unos minutos notarás cómo vuelven las ideas, lee las preguntas y empieza por la más sencilla, de este modo recuperarás la confianza.